Migrantes en la Mira: Xenofobia, Hipocresía y la Política Global, La derecha y la izquierda mundial usan los migrantes como ficha de guerra y como peones electorales.
El Salvador: Deportados en el Tablero Político
En El Salvador, el país de Nayib Bukele, la llegada de más de 200 venezolanos y nicaragüenses deportados desde Estados Unidos en marzo de 2025 ha encendido las alarmas. Bajo la administración de Donald Trump, estos migrantes fueron enviados al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), una megacárcel que simboliza el puño de hierro de Bukele. ¿El motivo? Supuestos vínculos con el Tren de Aragua, aunque familias como la de Johanny Sánchez claman que sus seres queridos, como Franco Caraballo, son inocentes y han desaparecido del radar tras los vuelos de deportación. "No sabemos si está vivo", dice Sánchez, reflejando la desesperación de muchos.
Bukele, aliado de Trump, parece usar estas deportaciones para reforzar su imagen de líder regional implacable. Pero las voces de los deportados cuentan otra historia: una venezolana asegura que "Bukele no aceptaría mujeres", mientras un nicaragüense dice haber oído que "no detendrían a centroamericanos por miedo al conflicto". ¿Realidad o percepción? Lo cierto es que El Salvador, con 2 millones de sus ciudadanos en el exterior, se convierte en un improbable receptor de una crisis que no le pertenece.
Ecuador: Xenofobia en las Urnas
En Ecuador, donde se juega la segunda vuelta electoral el 13 de abril de 2025, la migración venezolana —con unos 400.000 llegados desde 2015— es gasolina para la polarización. Daniel Noboa, de derecha, y Luisa González, de izquierda, de un socialismo madurista, se enfrentan en un país donde la xenofobia ha explotado tras incidentes como el feminidio de 2019, que desató ataques contra venezolanos. "Nos culpan de todo: el crimen, el desempleo", dice José, un migrante en Quito que prefiere no dar su apellido.
Noboa, comparado con Bukele por su mano dura, podría soportarcer las fronteras para ganar votos, mientras González apuesta por la integración correista.
En este ring político, figuras como María Corina Machado, Nayib Bukele y Trump son demonizadas o exaltadas según el bando.
La derecha aviva el miedo al "inmigrante peligroso"; la izquierda pide solidaridad o viceversa, según les convenga a los candidatos.
Pero en las calles, la realidad es más cruda: la xenofobia no discrimina ideologías.
Venezuela: La Hipocresía de Maduro
Mientras tanto, Nicolás Maduro sigue cantando la misma canción: "Las sanciones de EE. UU. nos tienen de rodillas". Pero los números no mienten: ya son unos 9 millones de venezolanos que han huido desde 2015 por hambre, represión y un colapso económico que no explica sanciones solas. Hiperinflación, apagones y balas: eso empuja a la gente a cruzar fronteras. Cuando Trump deporta venezolanos a El Salvador, Maduro los llama "secuestrados" y pide su regreso, pero ¿para qué? ¿Para volver a un país donde su dictadura los expulsó?
Esta narrativa hipócrita es un arma de doble filo: exime al régimen de responsabilidad y pinta a los migrantes como víctimas de un complot imperialista. Sin embargo, los que se van no compran el cuento: "Aquí no hay futuro", dice Ana, una madre que dejó Caracas con sus hijos.
El Socialismo Mundial: ¿Oportunismo o Solidaridad?
En este juego, el socialismo global no se queda atrás y su peor especie, el socialismo del siglo XXI chavista. Desde Europa hasta América Latina, los movimientos de izquierda usan el éxodo venezolano para fustigar al capitalismo. En Italia, organizaciones como el Comité Internacional de Rescate apoyan a migrantes, mientras que en Ecuador, González podría abogar por políticas inclusivas. En redes como X, líderes socialistas claman por los derechos de los desplazados, pero ¿es genuino o un pase de factura ideológico? ¿O simplemente la cruda expresión de lo criminales que en verdad son?
La crisis sirve para señalar desigualdades, sí, pero también para ganar puntos políticos. Mientras tanto, figuras como María Corina Machado, crítica feroz de Maduro, son blanco de ataques: la derecha la usa como estandarte; la izquierda, como chivo expiatorio. Los migrantes, atrapados en el medio, son más peones heridos y usados que prioridad.
El dato que duele
- 9 millones: Venezolanos fuera de su país, un éxodo sin precedentes.
- 400.000: Migrantes venezolanos en Ecuador, enfrentando rechazo y xenofobia generalizada.
- 200+: Deportados a El Salvador desde EE.UU. UU. En 2025, muchos sin rastro.
Reflexión Final NotiMigrar
La migración no es solo un número; es un arma política afilada. La derecha aviva la xenofobia para ganar elecciones; la izquierda la usa para predicar solidaridad, a veces sin soluciones. Maduro y su maligno combo como siempre, se lava las manos mientras su pueblo huye, y el socialismo global saca partido del caos. En este tablero, los migrantes no son jugadores, sino piezas movidas al antojo de agendas y narrativas normalizadas. ¿Cuándo serán el centro de la historia, no su excusa?
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